El Dilema de la Digitalización de los Servicios Financieros
Por Ricardo Javier Neme, Vicepresidente de Censys
Pero, ¿Cuál es la velocidad de adaptación a ese cambio? Lejos de un cambio abrupto y riesgoso, la modernización progresiva es una alternativa que el mercado está adoptando para migrar hacia el mundo digital.
En muchos casos, el camino directo a la digitalización es visto por los ejecutivos como necesidad de más recursos, riesgos de implementación o dificultades de encontrar el socio tecnológico confiable que entienda y potencie su negocio.
El Reporte global de Capgemini World Retail Banking Report 2020 es un informe que revela las tendencias y necesidades del sector bancario en un año tan convulsionado como este. Desde el punto de los usuarios, el reporte concluye que los clientes esperan recibir de sus proveedores financieros una experiencia digital integral.
Responder a estas necesidades aún es un desafío para los bancos tradicionales. La tecnología aparece como una cuestión central a resolver. El reporte indica la opinión de los ejecutivos bancarios sobre los aspectos de cambio de los sistemas core tradicionales hacia lo nuevo.
En ese sentido, más del 75% de los ejecutivos indicó que los procesos manuales y la falta de integración entre los distintos servicios utilizados, no sólo generan duplicaciones innecesarias, sino que obstaculizan la personalización de los servicios.
Por otro lado, 6 de cada 10 ejecutivos afirman que lanzar un nuevo producto demora entre uno y dos años si se trabaja en solitario.
Otro aspecto importante son los costos. El informe remarca que el 62% de los ejecutivos reconoció que se encuentran frente a altos costos de mantenimiento IT producto de haber priorizado beneficios de corto plazo frente a la sostenibilidad del negocio a largo plazo.
La arquitectura de sistemas de base de cada Banco plantea un diferencial para adaptarse a este nuevo formato y modelo de negocios digital. Contar con un Core, estabilizado, con alto nivel de integración, facilidad de interconexión y bajo costo de operación, resulta clave para acortar los tiempos y alinearse con el modelo de transformación requerido.
Este escenario marca que en lugar de iniciar cambios repentinos e implementaciones riesgosas, un buen camino para los bancos es la modernización evolutiva que permita dar pasos concretos con soluciones probadas para funciones críticas e ir transformando sus canales y servicios capitalizando adecuadamente las facilidades del mundo digital.
Se deberá operar sobre la plataforma digital y el núcleo en forma integral, a fin de optimizar estructuralmente los costos de operación y flexibilidad de respuesta. De otro modo, podríamos correr el riesgo de construir sobre una base que no solo multiplique nuestros costos sino también nos genere importantes limitaciones a futuro.
En conclusión, el camino de transformación se debe establecer con un equilibrio entre la visión de largo plazo y los objetivos de corto plazo, esto permitirá dar la respuesta estructural que la Banca requiere.
El dilema se basa en poder construir sobre bases sólidas las que nos aseguren la capacidad de crecer y exponenciar las alternativas de servicio.